La humanidad está en crisis, sorprendida, aterrada ante una situación nunca esperada y para la cual no estábamos preparados. Una realidad impredecible que nos llena de incertidumbre por la falta de certezas, soluciones e información.
El mundo actual está viviendo lo que siempre vió en películas de Hollywood y lo que nunca imagino podría suceder, sobre todo en países del primer mundo. Sin dudas que entre los elementos que determinan esta crisis está la sorpresa, la unicidad, la urgencia, la desestabilización y la tendencia descendente de la calidad de la información.
La comunicación, los medios de comunicación, tienen la responsabilidad de gestionar la información con el propósito de reducir los riesgos y lograr ejercer un control mediático en el conflicto y sus posibles implicaciones. Su objetivo primordial debe ser transmitir a las distintas sociedades, de manera veraz, tranquilidad en relación con el dominio del tema, un estado de control de la situación y sobre todo confianza absoluta en el futuro.
La crisis no debe ser subestimada por los medios y mucho menos restar importancia, es importante que la comunidad entienda lo que realmente está sucediendo, sus orígenes, consecuencias y posibles soluciones, como es relevante un trato especial, una comunicación especializada para aquellos que en este caso estén diagnosticados positivos con el virus.
Para lograr gestionar eficazmente una crisis, se deben generar vías de comunicación solidas con y entre los distintos sectores de la sociedad y determinar cuál de ellos es el más afectado para priorizarlo comunicativamente y es allí donde debemos aplicar las 5W: Qué ha sucedido; Quiénes son sus protagonistas; Dónde ha sucedido; Cuándo ha sucedido; y por qué ha sucedido.
Sin embargo, los medios de comunicación, principalmente los audiovisuales están generando una sobrecarga nociva que ha producido desinformación en sectores importantes de la sociedad, ya que las personas no lograr procesar toda esa información a la que tiene acceso. Aunado al mal uso de las redes sociales, que una vez más, han tenido un papel protagónico en nuestra comunicación de hoy, donde la falta de fuentes responsables y la poca veracidad han propagado un mundo de información errónea y desde mi punto de vita mal intencionada.
Según el psiquiatra Santiago Levín, presidente de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA). “Hay una relación directa entre la producción de los medios de comunicación y la reacción de la sociedad”. “Hoy en día, la comunicación es instantánea, pero también la repetición es instantánea. La saturación de imágenes de gente con mascarillas, de cruceros en cuarentena, de ciudades con las calles desiertas produce pánico cuando no viene acompañada de una orientación editorial adecuada. Se tira en crudo sin ayudar a comprender ni a procesar y queda del lado del público qué hacer con eso”.
Los medios de comunicación deben establecer un sistema responsable y veraz desde lo macro hasta lo micro para que los involucrados, que en esta crisis por primera vez somo todos, estemos completamente informados pero sobre todo desde nuestras posibilidades de entendimiento… no todos comprendemos sobre una pandemia y no todos nos basta con saber solo sobre los síntomas, por esta razón debe haber información variada y específica, pero no solo del problema… también las personas debes saber sobre la prevención, cuidado y posible soluciones , avances y logros.
La comunicación en estos momentos debe ser exacta, imparcial, diversa, pero sobre todo más veraz que nunca y no está sucediendo así. Como comunidad tenemos la responsabilidad de filtrar todo este mundo de noticias que nos llegan por múltiples medios, debemos reconfirmar con fuentes y medios serios y reconocidos, entender que la información es poder, no podemos dejar que otros analicen y expliquen por nosotros. Debemos estar consciente de la realidad, sus consecuencias, pero también sus posibles soluciones, más que preocuparnos tenemos la obligación de ocuparnos.
Como lo expresa el Dr. Patrick Saliba, docente de Postgrados en la Universidad de Barcelona, “En crisis, como en situaciones normales, la comunicación efectiva es clave para alcanzar con éxito los objetivos. La creación de talleres de comunicación y círculos de retroalimentación, y un sistema de informes preciso, no solamente podría conducir a una comunicación efectiva, sino también podría ayudar a un mejor control de infección y salvar vidas”.
Hoy todos tenemos la posibilidad de informar, seamos responsables y entendamos que el único resultado de una información errada o viciosa es el pánico y en este momento el pánico podría reflejarse en muertes, miles de ellas. Actuemos conscientes del poder que tenemos como comunicadores, de manera cívica y solidaria, comprometidos con una sociedad que nos oye y sigue, que cree en nosotros.
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