octubre 01, 2023

Los paradigmas sociales

El estudio de la política social y su implementación implica comprender los diferentes enfoques y paradigmas que nos permiten entender su origen, visión, intereses y obstáculos. Estos paradigmas proporcionan diferentes enfoques y marcos conceptuales los cuales permiten abordar los distintos desafíos y oportunidades relacionados con la creación de políticas sociales. Dos paradigmas importantes en este sentido, entre muchos otros, son el pluralismo clásico y el neo-institucionalismo.

Ambos paradigmas ofrecen perspectivas complementarias para entender la política social. Mientras que el pluralismo clásico se centra en los grupos de interés y la competencia entre ellos, el neo-institucionalismo destaca el papel de las instituciones en la formulación y aplicación de políticas. Comprender estos enfoques puede ayudarnos a analizar mejor los procesos políticos y sociales en los que participamos como individuos y como grupos.

Como lo describe Giménez (2003), “Pluralismo connota, en primer lugar, la presencia, coexistencia o simultaneidad de poblaciones con distintas culturas en un determinado ámbito o espacio territorial y social”. El pluralismo clásico en el trabajo social se refiere entonces a un enfoque que reconoce y valora la diversidad de perspectivas y enfoques dentro de la disciplina del trabajo social. Este enfoque reconoce que no existe una única solución o dirección correcta para abordar los desafíos y problemas sociales, sino que hay múltiples formas legítimas de comprender y abordar cada situación o problemática.




En el trabajo social, el pluralismo clásico implica la apertura a diferentes teorías, enfoques, modelos de práctica y la capacidad de integrar y utilizar estas perspectivas según la situación y las necesidades del individuo o la comunidad con la que se trabaje. Esto significa que los trabajadores sociales clásicos reconocen que no hay una fórmula "correcta" de abordar los problemas sociales. Por el contrario se debe investigar y analizar desde todo punto de vista posible, donde se valore la diversidad de opciones y se implementen aquellos enfoques que sean más adecuados para cada situación y necesidad específica.

El pluralismo clásico en el trabajo social también implica reconocer y valorar la pluralidad cultural, étnica y social de las personas y comunidades con las que se trabaja y participan. Los trabajadores sociales clásicos están comprometidos con la promoción de la equidad y la justicia social y reconocen que las experiencias y perspectivas de las personas son moldeadas por su contexto cultural y social. La participación ciudadana y la creación de espacios de diálogo y negociación es determinante en este proceso, donde los diferentes actores sociales puedan presentar y desarrollar sus ideas, procurando fomentar la colaboración y la construcción de consensos para lograr soluciones más efectivas y sostenibles a los problemas sociales.

El neo-institucionalismo, por otro lado, se centra en el papel de las instituciones en la concepción, reforma e implementación de políticas sociales. Este enfoque destaca la importancia de las reglas, normas y estructuras institucionales en la configuración de las políticas y su posible impacto en la sociedad. El neo-institucionalismo reconoce que las instituciones no solo son creadas por los actores políticos, sino que también influyen en su comportamiento y en los resultados de las políticas.


En el contexto del trabajo social, el neo-institucionalismo se utiliza para analizar cómo las instituciones sociales, como las organizaciones políticas y civiles influyen en la prestación de servicios sociales y en la defensa de los derechos de las personas. Se considera que las instituciones sociales tienen un impacto significativo en la forma en que se desarrollan y se implementan las políticas sociales y cómo se brinda apoyo a los individuos y comunidades en situaciones de vulnerabilidad.

El enfoque del neo-institucionalismo en el trabajo social también puede abordar aspectos relacionadas con la participación ciudadana, la influencia de las normas y valores sociales en la toma de decisiones y la importancia de las estructuras institucionales en la promoción de la igualdad y la justicia social, algunos de estos enfoques son:

Enfoque en las instituciones: Este enfoque hace énfasis en el estudio de las instituciones sociales y su influencia en el comportamiento humano y en la organización de la sociedad como tal. Se considera que las instituciones son estructuras formales e informales que establecen reglas, normas y valores que guían la interacción social.

Enfoque de las reglas y normas: El neo-institucionalismo considera que las reglas y normas son fundamentales para comprender cómo funcionan las instituciones y cómo influyen en el comportamiento humano. Estas reglas y normas pueden ser formales, como leyes y regulaciones o informales como normas sociales y expectativas culturales.


Enfoque de racionalidad limitada: Este examina que los actores sociales tienen limitaciones en su capacidad para procesar información y tomar decisiones racionales. Se reconoce que los individuos y las organizaciones pueden verse influenciados por las normas y reglas institucionales, incluso si no son necesariamente la opción más racional desde un punto de vista individual.

Enfoque de la influencia de los contextos históricos y culturales: Considera que los contextos históricos y culturales son importantes para comprender cómo se forman y evolucionan las instituciones. Se interpreta que las instituciones no son estáticas, sino que cambian a lo largo del tiempo en respuesta a los cambios según el entorno social y cultural.

Enfoque de Interdependencia entre las instituciones: Este enfoque sostiene que las instituciones están interrelacionadas y se afectan mutuamente. Las acciones y decisiones tomadas en una institución pueden tener efectos en otras instituciones y en el sistema social en su conjunto.


Ahora bien, si después de haber analizado ambos paradigmas, debo identificarme e inclinarme por uno de los dos lo haría por el Pluralismo Clásico, porque considero que presenta es su forma y estructura más ventajas que benefician a la sociedad, tales como:

Respeto a la diversidad: El pluralismo clásico reconoce y valora la diversidad de ideas, opiniones, culturas y creencias, lo que promueve la convivencia pacífica y el respeto mutuo entre diferentes grupos y personas.

Tolerancia: fomenta la tolerancia hacia las opiniones y creencias diferentes. Reconoce que no todos tienen que pensar de la misma manera y permite la coexistencia de diferentes perspectivas en la sociedad.

Enriquecimiento cultural: Al permitir y valorar la diversidad cultural, el pluralismo clásico enriquece la sociedad al brindar la oportunidad de aprender de diferentes culturas y tradiciones.

Prevención de abusos de poder: En un sistema pluralista clásico, se evita la concentración excesiva de poder en manos de unos pocos. Esto ayuda a prevenir abusos y garantiza un equilibrio de poder en la sociedad.

Promoción del diálogo y la participación: El pluralismo clásico fomenta el diálogo abierto y la participación de todos los miembros de la sociedad. Esto permite que diversas voces sean escuchadas y contribuyan al desarrollo de la comunidad.

Sin embargo y manteniendo mi elección e identificación por el pluralismo clásico, entiendo la importancia de las instituciones en todo proceso social. Como entes independientes que formamos comunidades, así lo pienso, necesitamos de leyes, reglas y entidades que establezcan y controlen los procesos y el neo-institucionalismo se fundamenta en ese objetivo, en el papel de las instituciones dentro de la configuración de las políticas sociales.


El neo-institucionalismo destaca la importancia de las normas y las reglas sociales en la coordinación de las acciones de las personas. Cultural e históricamente hablando el neo-institucionalismo ofrece también ventajas al promover la estabilidad, la coordinación, la confianza, el cambio adaptativo fomentando la reducción de la incertidumbre en la sociedad. El enfoque neo-institucionalismo proporciona un marco integral para comprender y analizar las dinámicas sociales.


Como sociedades somos frágiles y en muchas ocasiones esa fragilidad proviene de la falta de capacidad de actuar fusionados como comunidad, el no entender que unidos somos más fuertes, que varias voces se oyen más que una y que muchas manos pueden soportar más peso, nos puede hacer débiles. Esa condición natural del ser humano de actuar de manera individualista, pretendiendo que así sus intereses personales obtendrán mejores provechos, hace necesaria entonces la participación de los distintos procesos sociales, paradigmas, políticas y toda acción que permita desarrollar procesos sociales efectivos y productivos, integradores. Como eso soy, “un individuo” más que forma parte de esta gran aldea universal, creo que a pesar de inclinarme por ciertas tendencias, las necesitamos todas… ya que es la única manera de engranar y hacer marchar esta gran maquinaria que llamamos Sociedad.



Rafael F. Carabano
MA P.R. Communication / Multimedia Journalism
Miami, Fl. - Octubre 1, 2023
Urbe de Papel

Referencias:

Cruz, L., Carreón, J., Hernández-Valdéz, J., & Bustos, J. (2017). Poder institucionalista e influencia civil en la mediación del trabajo social ante políticas y necesidades sociales. Crítica y Resistencias. Revista de conflictos sociales latinoamericanos, 250-264.

Giménez, C. (2003). Pluralismo, multiculturalismo e interculturalidad: propuesta de clarificación y apuntes educativos. Educación y Futuro: Revista de Investigación Aplicada y Experiencias Educativas Nº 8, 9-26.

Maldonado, C. (2013). La Construcción de pactos y Consensos en Materia de Política Social. Pactos sociales para una protección social más inclusiva: experiencias, obstáculos y posibilidades en América Latina y Europa (p. 19). Santiago: Naciones Unidas.

Martínez, R., & Madolano-Valera, C. (2014). Pactos Sociales para una Protección Social más Inclusiva. Diálogos Interamericanos de Protección Social, 18.


Vargas, J. (2012). Perspectivas del Institucionalismo y Neoinstitucionalismo. In J. Vargas, Perspectivas del Institucionalismo y Neoinstitucionalismo (pp. 47-58). Jalisco: Instituto Tecnológico de Cd. Guzmán.



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