Hace algunos años, Emily Gardner, quien se identifica como "más femenina que no, pero no exactamente mujer", pidió a los miembros de su familia dejar de ser referida como "ella" y usar en su lugar un pronombre neutro.
La joven de 23 años representa una tendencia creciente entre los estadounidenses progresistas, que reclaman el derecho a elegir su propio pronombre, independientemente de su sexo al nacer.