septiembre 25, 2019

MEXICO Y EL PERIODISMO


El periodismo en México es una actividad importante para la Democracia, se le considera el cuarto poder debido a la influencia que tiene entre la sociedad. Actualmente es vulnerable a la cooptación gubernamental y a la violencia. Esto último debido a que en 2017 y 2018 México se colocó como la nación más peligrosa para la profesión, con múltiples periodistas asesinados según la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF).


En un país violentado, con cerca de 220.000 personas asesinadas y más de 40.000 desaparecidas durante los últimos años, la situación de los periodistas no es muy diferente a la realidad de la población en general. Todos viven en riesgo de estar en el lugar equivocado, en el momento equivocado. Pero a los reporteros, la esencia misma del trabajo – narrar, mostrar y denunciar - los pone en un estado de mayor vulnerabilidad.


Sobre todo, en lugares donde no hay frontera entre crimen y gobierno. En esas condiciones, algo tan simple como reportar sobre baches o la mala gestión de un alcalde puede costarte la vida, como por ejemplo le ocurrió a al periodista Moisés Sánchez en Veracruz, en 2015. Y si alguien te amenaza, ¿ante qué autoridad denuncias? Durante los últimos años, entre el 40 y 65 por ciento de los agresores de la prensa fueron autoridades gubernamentales.

Simulación e impunidad completan el panorama. En el 99.7% de los casos no ha habido justicia, según la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), y se crearon dos instituciones estatales que han servido de poco. Una fiscalía sin resultados y un mecanismo de protección que cargan con la responsabilidad del asesinato de dos periodistas bajo su resguardo: Cándido Ríos Vázquez en 2017 y Rafael Murúa Manríquez.



En un estudio realizado por Márquez-Ramírez (2016) se mostraron varios datos relevantes del ejercicio del periodismo en México: destacan las condiciones de precariedad de los periodistas que tienen bajos salarios, mucha carga de trabajo y pluriempleo. El estudio muestra que los periodistas mexicanos sufren una amplia gama de presiones y se enfrentan a situaciones y desafíos todos los días.
La política, la económica y la violencia contra los periodistas.

El sistema político tuvo gran influencia sobre los medios durante muchos años, prácticamente los periodistas adulaban y publicaban noticias en complicidad con el poder. Con este contexto, era de esperarse una baja autonomía periodística y autocensura automática, resultados de la influencia que sostuvo el poder político en los medios (Monsiváis, 2003).

Estrechamente unido a lo anterior se encuentra el factor económico, ya que como expone The New York Times, el dinero que destina el gobierno mexicano al pago de espacios de publicidad engañosa en los medios extranjeros, se ha convertido en una de las restricciones más severas a la libertad de expresión que enfrentan los medios de comunicación locales ya que contrarresta a la realidad lo que ha provocado que reporteros y editores sean a menudo sometidos a la influencia del gobierno, que periodistas abiertamente críticos sean despedidos, que historias negativas sean censuradas y que informes de investigación sean frustrados (New York Times, 2017).



El tercer factor de presión es la violencia contra los periodistas. En el último informe de la UNESCO "Tendencias mundiales en Libertad de Expresión y Desarrollo. Informe mundial 2017 -2018" se muestra que México es el tercer país a nivel mundial con mayor número de asesinatos de periodistas en el periodo 2012-2016, por debajo de la República Árabe de Siria y de Irak. En cuanto a América Latina es el número uno. El año 2017 fue particularmente nocivo para los medios ya que entre los meses de marzo y diciembre en México fueron asesinados 12 periodistas.

A través de los años, el índice de muerte de periodistas ha aumentado, principalmente desde que los líderes del narcotráfico decidieron que México era una mejor base para operar que Colombia, y que esta última, debía quedarse como productor de materia prima.

Las prácticas de corrupción de los dueños de muchos medios y los periodistas entregados al poder han provocado una decepción social y una falta de credibilidad en el periodismo mexicano. Es difícil que la sociedad distinga con claridad entre los periodistas honestos y los corruptos. Este panorama ha ocasionado que no haya un respaldo social suficiente para exigir justicia cuando ocurre alguna agresión. En síntesis: el periodismo en México nada contracorriente.

Ante la dejadez del Estado en la función de garantizar el derecho a la libertad de prensa de quien ejerce el periodismo y el derecho a la información de la ciudadanía mexicana, son diversas las iniciativas que, dentro y fuera del país, tratan de generar espacios de cuidado, protección y autodefensa.



Una de estas propuestas, el Programa de AcogidaTemporal a personas defensoras de derechos humanos y periodistas (PAT), nació como prueba piloto en Barcelona en el año 2017 en una experiencia conjunta entre la Taula per Mèxic y el Ajuntament de Barcelona. El objetivo del programa es “proporcionar la acogida temporal a periodistas que se encuentren en situación de riesgo, con la pretensión de brindar un lapso de seguridad, un respiro, para poder desarrollar su trabajo con más fuerza una vez retornadas a México”.

Desde su puesta en marcha, el programa ha permitido la acogida de cuatro periodistas y está prevista la llegada de dos más a lo largo de este año. Durante su estancia en Barcelona, de tres a seis a meses de duración, se les ofrece acompañamiento psicosocial que pretende dotarlos de herramientas para hacer frente a la situación de tensión y violencia en la que ejercen su actividad profesional y desarrollar al máximo su capacidad de resiliencia.

Así mismo, se impulsa una agenda de trabajo con la persona acogida para visibilizar y sensibilizar sobre la situación de violencia sistémica que periodistas y defensores de derechos humanos viven en México. Talleres, conferencias, encuentros con personas de referencia en el ámbito político y social y contactos con medios de comunicación catalanes son algunas de las actividades que llevan a cabo durante el período de acogida.



“El descubrimiento de que el mundo se volvió mundo, de que el globo ya no es sólo una figura astronómica, de que la Tie­rra es el territorio en el que todos nos encontramos relacionados y remolcados, diferenciados y antagónicos, ese descubrimiento sor­prende, encanta y aterroriza.”  Con esta sencillas pero certeras pala­bras, Octavio Ianni describe el escenario internacional contemporáneo.

En la globalización mexicana, el futuro del periodismo no se encuentra en entredicho. Las nuevas tecnologías, la desaparición de las fronteras, los nuevos nacionalismos de la “raza” y la universalización de lo regional profundizarán la lucha entre las dos concepciones de la actividad periodística que presenciamos en nuestros días: el periodismo de los hechos y el periodismo crítico.



La añeja idea positivista de que la objetividad está en los hechos se ha revitalizado asimilando los recursos puestos al día por el “nuevo periodismo” y sus descendientes. No obstante, el periodismo crítico adquiere cada día más el arsenal teórico que le permitirá ser la alternativa desmitificadora.

Una alternativa que ha generado el llamado periodismo 2.0, el que de alguna manera permitirá a profesionales y aficionado dar seguimientos y denunciar desde la seguridad de un computador.

A diferencia de países con sistemas jurídicos bien establecidos como los Estados Unidos, donde la libertad de expresión esta resguardada por leyes y defensores, donde el periodismo tiene opciones y múltiples caminos para comunicar, apoyar o denunciar. En México seguirá siendo acondicionada por el poder del gobierno y la delincuencia organizada. Pero la globalización y la era digitalizada será un buen contrincante, como se describe al principio, un nuevo poder al que deberán enfrentarse y el cual por su pluralidad y anonimato será más difícil de vencer o amordazar.


Referencias:



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