La migración venezolana ha ocupado lugares
importantes en los medios y en la agenda política internacional. Por tierra,
mar y aire se desplazan en busca de mejores condiciones de vida. Algunos hacen
riesgosas caminatas de 16 horas diarias, por rutas que pueden alcanzar 3.500 kilómetros,
muchos de ellos duermen en las calles; otros arriesgan su vida en el mar o hasta como polizontes tratando de colarse en un avión. Colombia pide ayuda económica para atenderlos, Perú declara el estado de
emergencia sanitaria en la frontera y Brasil moviliza sus tropas.
El representante especial del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y de la
Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para los refugiados
venezolanos considera esta crisis migratoria de Venezuela como inédita en América Latina.
La migración ha sido un fenómeno natural a
lo largo de la historia y tiene múltiples explicaciones, siempre fue un tema de
interés social. Los motivos, razones y consecuencias se han trasformado en el tiempo,
pero el fin siempre ha sido y será el mismo, la necesidad de una mejor vida y mayores
posibilidades de conseguir ese bienestar.
Algunas zonas del planeta han sido
alternativamente emisoras y receptoras de migrantes en función de su situación
política, económica y social, así como de conflictos bélicos, religiosos,
étnicos o de fenómenos naturales y climáticos.
Venezuela durante el siglo XX se
caracterizó por ser un país receptor de inmigrantes, sobre todo de gente que
venía de Europa huyendo de la devastación de la guerra y de las dictaduras
instauradas en sus países. Sin embargo, ahora la historia es a la inversa y los
que escapan actualmente de la dictadura son los del pueblo venezolano, quienes
en los últimos 3 años han incrementado su salida del país en un 12%, según
datos oficiales de la OIM.
Pero a estos números hay que aumentar los
no registrados oficialmente por ningún organismo internacional -ilegales- y
aquellos que cuentan con doble nacionalidad o han adquirido otras
nacionalidades en los países de acogida.
Gran parte de esta migración, sobre todo
la más reciente, se ha hecho a pie a países vecinos de la nación Bolivariana. Siendo
las naciones sur americanas las más afectadas y de mayores registros de
emigrantes venezolanos.
Según estima la ONU, un total de 2,3
millones de refugiados venezolanos abandonaron el país en los últimos años y la
mayoría se trasladaron a países de la región como en el caso de Colombia, Perú
y Ecuador donde se ha incrementado los problemas socioeconómicos propios y críticos
de estas regiones.
Las migraciones masivas conllevan a un
desplome económico local ya que aumenta el mercadeo informal y se abarata la mano
de obra por la misma necesidad de los extranjeros. Socialmente es perjudicial
porque ocasiona sobrepoblación, escases, aumento de la delincuencia y un
peligroso choque cultural que termina en xenofobia.
Como lo describe la BBC Mundo: “La
situación ha llevado a numerosos venezolanos a no tener otra alternativa que
emigrar: ciudadanos andando por carreteras de países vecinos como Colombia en
busca de refugio se ha convertido en una estampa habitual, En un día cualquiera,
hasta 50.000 venezolanos han cruzado la frontera con Colombia en la búsqueda de
comida y refugio para sus familias”.
La ACNUR por su parte declaró, “Las
personas continúan saliendo de Venezuela para huir de la violencia,
la inseguridad y las amenazas, así como la falta de alimentos, medicinas y
servicios esenciales”.
El diario El País publica en su portal; “La
crisis social, económica y política de Venezuela ha
dejado de ser un problema exclusivo del país caribeño y ha devenido en un
quebradero de cabeza para toda la región. Las principales potencias buscan una
respuesta coordinada ante el riesgo de que los servicios públicos se colapsen y
la xenofobia crezca”.
Infobae investigó sobre 10.000 venezolanos
que llegaron a Ecuador antes de que entrara en vigor la exigencia de una visa
humanitaria, el alcalde de la ciudad de Mallama declaró; "La situación es
compleja, la (posibilidad de una) crisis depende de cómo nos vaya a partir de
esta noche", insistió, antes de precisar que la masiva llegada de
migrantes tiene presionado al sistema de salud local que no da abasto con la
emergencia. Además, indicó que fueron acondicionados nuevos sitios para recibir
a los niños migrantes y madres lactantes, ante el hacinamiento que se vive en
los seis albergues del municipio.
El portal colombiano, elespectador.com
detalló que; “Ya son 1’408.000 inmigrantes venezolanos, un número de alrededor
de 400.000 colombianos retornados, casi 400.000 personas en tránsito al sur del
continente en lo que va del 2019 y una migración pendular diaria de
aproximadamente 45.000 ciudadanos del lado venezolano que dependen del paso en
la zona de frontera, según los últimos datos oficiales.”
Se ha especulado mucho sobre la migración venezolana,
pero ¿cuáles son realmente sus magnitudes y quiénes migran?, ¿cuánto de
propaganda y cuánto de realidad hay en las noticias sobre este tema?, ¿cuáles son
las funcionalidades políticas y económicas que subyacen detrás de estos
eventos?
En un primer momento la migración
mayoritaria estaba compuesta de profesionales calificados. Este perfil parece haberse conservado al menos hasta 2014, lo
que no significa que el éxodo de profesionales haya cesado en
la actualidad. Para 2016, más de 883.000 profesionales se habían ido del país;
90% de estos emigrantes eran universitarios, 40% tenía una maestría, 12%
doctorado y posdoctorado, pero lo más importante es la experiencia que cada una
de estas personas poseen.
Más recientemente, el perfil de los
migrantes se ha democratizado: ahora abarca todas las clases sociales, lo que afectará también su
homogeneidad, procedimientos, vías y destinos.
Una encuesta de Consultores 21 difundida en enero de este año indicaba
que al menos 33% de los sectores populares quiere ir a vivir al exterior. Esto
debilita la fuerza de trabajo en el país. La migración de las clases medias
bajas y los más humildes ha generado una ola de reacciones negativas en los países receptores, que otrora les
tendían alfombras rojas cuando eran profesionales capacitados o turistas ávidos
de pasar sus
tarjetas de crédito con dólares preferenciales, que luego serían
vendidos en el mercado negro. Pero ya se acabó la fiesta del «turismo cambiario».
Por su parte, el discurso oficial del
gobierno venezolano niega la existencia del fenómeno migratorio, calificándolo
como una «campaña contra el país», un «montaje» o «fake news».
Como último recurso propagandístico el gobierno venezolano ha creado
el «Plan Vuelta a la Patria» para facilitar el retorno de
venezolanos al país, cuyo detonante principal fueron los ataques sufridos por
venezolanos en el estado de Roraima en Brasil. Sin embargo, este incipiente plan no tiene mayor capacidad para marcar una diferencia significativa ante
este fenómeno, ya que no ataca los factores que lo provocan.
Desde el punto de vista político, los
gobernantes de los países receptores cuentan con chivos expiatorios con los
cuales desviar la atención de sus respectivas agendas y problemas nacionales. Para el gobierno venezolano también es
rentable políticamente: con este éxodo de personas se disminuyen
considerablemente los cuadros medios que pueden hacerle una oposición activa o
que podrían renovar a estos sectores, así como su participación electoral.
Además, la migración sirve como una válvula de escape a la tensión social que
implica la crisis.
Por otra parte, se crean espacios para la
captación de ingentes recursos internacionales para los gobiernos que sirven
como anfitriones. La Unión Europea y Estados Unidos han proporcionado al menos unos 136
millones de dólares desde finales de 2016 a estos países. El gobierno de
Venezuela también ha informado que le solicitará a la ONU 500 millones de dólares para la repatriación de
venezolanos. Sin perder de vista la posibilidad de poder echarle mano a las remesas.
Las causas que motivan esta huida no
tienen pronta ni una mágica solución. Hay que buscar las maneras para que el
país y su gente se mantengan vinculados, tejer redes y construir puentes entre
los que se han ido y los que se quedan. Más allá de lo económico o las remesas,
es vital el flujo también de conocimiento, información, capacidades técnicas,
creación de espacios para el encuentro y el trabajo conjunto. Hay que encontrar
alternativas en estos duros tiempos que nos toca vivir. La unión de esta
multiplicidad de experiencias es necesaria para la reconstrucción del país.
Referencias:
https://revistaliterariamonolito.com
https://www.elespectador.com
https://nuso.org/articulo/un-exodo-venezolano/
https://cnnespanol.cnn.com/2019/02/02/venezuela-migracion-venezolana-nuevo-factor-politico-region/
https://www.acnur.org/situacion-en-venezuela.html
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-49119834
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