Y fue efectivamente una crisis lo que
generó el primer estudio registrado que dio pie a la disciplina y especialidad
conocida hoy como Trabajo Social. El incipiente Estado social nace a partir del
reconocimiento de derechos a la clase obrera, el trabajo social nace con la
finalidad de contribuir a mejorar las condiciones de vida de la misma, pero sin
cuestionar la lógica que generaba las situaciones de enorme desigualdad: el
objetivo es intervenir con medidas de previsión y protección social en el seno
de la clase trabajadora, y ello no tanto en nombre del sacrosanto principio de
la igualdad cuanto en nombre de la solidaridad, es decir, sin conceder a los
asistidos derechos sobre el espacio político, espacio de soberanía (Álvarez
Uría, 1995).
En 1765, el economista y teólogo Nicolas Baudeau informó de manera alarmante, según sus investigaciones, que el 17% de la población francesa vivía en situación de absoluta pobreza. Posteriormente en 1791, el censo determinó que el 18.28% de los habitantes de París se encontraban en estado de miseria lo que detonó las alarmas del gobierno francés por la inminente presencia de una crisis social que debía ser atendida y solventada.
A través de los tiempos se han presentado
procesos sociales evolutivos que en su propio desarrollo han generado crisis
sociales que requirieron la intervención del Trabajador Social, debemos
comentar que desde sus orígenes esta actividad estuvo relacionada con la
caridad, la necesidad y compromiso de algunos por ayudar a los menos
beneficiados. Epistemológicamente el Trabajo Social tiene su énfasis en lo
objetivo, lo cuantitativo, lo experimental, la observación, la verificación y
la generación de leyes de orden mecanicista (Naredo, 1987).
Desde la antigüedad, la edad media, la
revolución industrial y muchos otros eventos históricos, se han gestado
escenarios perfectos para que se originen crisis sociales, requiriendo la
intervención de mediadores que concilien al pueblo con sus entornos brindando
una mejor calidad de vida. La sociedad no es vivida como un espacio de
tranquilidad, seguridad y prosperidad, sino como un lugar de conflicto y
tensión (Cotarelo, 1987)
El concepto de crisis como justificación
histórica de la intervención en Trabajo Social y motor de la innovación en la
política social se ha mantenido en un constante proceso de cambios, después de
1970 este fue denominado como Movimiento de Reconceptualización, por su enfoque
en las relaciones sociales bajo un concepto capitalista, lo que le dio una
mayor presencia en la política social como espacio de lucha por garantizar los
derechos sociales (Faleiros, 1990).
Según lo plantea Aghabakhshi, las crisis
pueden ser predecibles y el primer paso para prevenirlas es identificarlas en
su etapa temprana. El segundo paso son campañas de divulgación y coordinación
de los posibles recursos y el tercer paso cuando se enfrenta a un desastre es
un requisito previo adaptarse a la velocidad de las situaciones de desastre. En
esta etapa, la prevención de los residuos y limitar la propagación de la crisis
es importante. El cuarto paso, prevenir la crisis duradera y sus efectos y
finalmente, el quinto paso, la normalización de la situación llega a las
rutinas normales de la regla del área. En contexto, debemos prevenir
planificando, definiendo las estrategias que serán útiles ante cualquier
posible crisis, nos preparará para enfrentarlas en equipo y vencerla.
Somos resilientes, tenemos el poder y la
capacidad de enfrentar las crisis y adaptarnos a los cambios permitiéndonos
gestar un nuevo escenario óptimo y funcional para cada uno de nosotros, desde
nuestras propias necesidades, como individuo y como comunidad, donde nos
sintamos cómodos y ¿por qué no? felices. Representamos una misma aldea con
distintas posibilidades, debemos actuar como un solo ente ya que somos parte de
un engranaje perfecto donde solo hace falta que cada pieza esté en el lugar
correcto y por supuesto cumpliendo con la responsabilidad que le corresponde a
cada uno; todos somos uno y tenemos que hacer conciencia de eso.
El Trabajo Social, repito, nació para dar respuestas a necesidades, surgió como la herramienta perfecta, el instrumento ideal para evaluar, prevenir, atender y solucionar posibles crisis, con la finalidad de establecer un bienestar al necesitado, lograr un efectivo acoplamiento de cada ente con su entorno… el compromiso es vivir en paz, cuando logramos este estado es porque superamos las adversidades y vencimos.
By Rafael Carabano
Referencias:
Aghabakhshi, H. (2003). Charter of social work for natural disasters with a look at the earthquake. Social Welfare Quarterly, 133-146.
Cotarelo, G. (1987). Origen y desarrollo del Estado de Bienestar. En Sistemas, 5-22.
Faleiros, V. d. (1980). A Política Social do Estado Capitalista. São Paulo: Cortez.
López, D. B. (2004). LOS FISIÓCRATAS Y LA OPINIÓN PÚBLICA. Madrid: Revista de Estudios Políticos.
Naredo, J. (1987). La economía en evolución. Historia y perspectivas de las categorías básicas del pensamiento económico, Madrid: Siglo XXI.
Uría, A. (1995). Desigualdad y Pobreza Hoy. Madrid: Talasaimpreso.
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