Cuando pensamos en los retos que enfrentamos a diario como sociedad, debemos entender lo expuesto y vulnerable que estamos como individuos. Nuestra Urbe de Papel gesta continuamente sociedades individualistas y autónomas, carente de compromisos, donde la responsabilidad cívica se disfraza con discursos diplomáticos y preponderantes comportamientos aislados que nos desvinculan y clausuran como entes disociados. Seres superdotados que no precisamos nada ni a nadie, sin respeto, sin consideración, sin necesidad de compartir ni de integrarnos, invadidos por la arrogancia del “no me afecta, no es mi problema, no me interesa, no participo”.
Hoy todos son expertos en sanación, en psicología y autoayuda. Las redes sociales son el principal medio de comunicación, donde un “like” vale más que un amigo. Los valores se reemplazan por el poder y la carrera profesional de futuro es ser “Influencer”. Vivimos un proceso deconstructivo, que mal construye nuestras nuevas sociedades.
La justicia social como parte de la ciencia que trabaja y aboga por nosotros como comunidades, como individuos tiene un gran reto en la actualidad. El trabajo social como profesión debe encontrar e implementar las estrategias que sean necesarias para establecer un estado de bienestar general que nos arrope, proteja, pero sobre todo que nos eduque y permita entender a cada persona como desarrollar sus fortalezas y minimizar sus debilidades. Las políticas sociales son parte importante de estos procesos reconstructivos, procesos tan delicados y milimétricos que cualquier pequeño error podría causar daños irreversibles a colectividades enteras. Por lo que una acción social requiere mucha investigación antes de ser implementada, para tratar de evitar que la supuesta solución a un problema genere otros más graves y de mayor trascendencia.
Un ejemplo de esto es lo que está ocurriendo en El Salvador, país centroamericano que estableció un Régimen de Excepción desde principios del 2022. Este decreto presidencial dicta que los ciudadanos pierden todo derecho a su libertad, ya que pueden ser encarcelados sin explicación alguna. Parte de este decreto implica que ningún ciudadano privado de su libertad tendrá derecho a ser defendido legalmente.
El Régimen de Excepción, suspende además las libertades de movimiento, expresión, asociación, inviolabilidad de las comunicaciones y el libre acceso a la propiedad privada, requiere la aprobación del congreso y es una medida diseñada para usar en casos extraordinarios.
Durante el tiempo de vigencia del régimen de excepción se han detenido a más de 60.000 personas acusadas de pertenecer a grupos callejeros conocidos como las Maras. Entendemos que estas pandillas de delincuentes con fuertes raíces en las distintas comunidades mantenían azotados y con miedo al estado salvadoreño. Pero la pregunta hoy es ¿a través de esta acción se está aplicando una política social justa, donde la equidad, la integración y la posibilidad cierta de reinserción existen?
Cuando vemos el show mediático-político que se está desarrollando en torno a esta realidad social que vive El Salvador, como muchos otros países del continente, nos hace dudar – por lo menos me hace dudar- si la aplicación de ciertas estrategias y políticas, están generando problemas mayores en el país. Pretender solventar un mal social que tiene raíces por más de 20 años en el pueblo salvadoreño, solo en pocos meses es imposible y del apuro solo que el cansancio. Ha sido tan abrupto el proceso que ya más de 5000 detenidos han sido liberados por no contar con pruebas suficientes para relacionarlos con las Maras.
La inconsistencia en los procesos judiciales, según mi criterio, ha sido el eslabón más frágil de la cadena de sucesos que debilitan esta política social que pretende liberar a la nación de estos grupos o pandillas de delincuentes. Un tema más delicado es el hecho de aquellos que permanecen privados de su libertad, sin importar el nivel de su participación en las Maras y peligrosidad, están siendo tratados todos por igual y en celdas comunes, donde además las camas son de metal y sin colchones, ni cobijas. La alimentación está controlada según el comportamiento no solo de los internos, sino además de aquellos transgresores que están aún libres. El presidente del Salvador, Nayib Bukele dijo que si algún pandillero delinquía, los convictos no tomarían ni agua.
Hasta los delincuentes tienen derechos y si los matamos porque ellos mataron, entonces seremos tan delincuentes como ellos lo son, se deben seguir los procesos legítimos y legales que permitan soluciones justas. La aplicación de políticas sociales deben ser procesos complejos que abarquen todos los sectores involucrados, apoyados por aquellas áreas profesionales que se requieran para lograr soluciones holísticas que resuelvan la situación desde la raíz.
¿Por qué un joven se hace miembro de una pandilla criminal? ¿es voluntaria su participación u obligatoria? ¿Cómo actúan las familias ante esta inserción en el crimen? ¿existen suficientes programas y políticas sociales que mantengan protegidos y alejados a los jóvenes del crimen? Estas preguntas solo abordan el tema de la juventud delincuente, pero son muchas las interrogantes que debemos despejar para llegar a respuestas sabias que permitan entender la problemática y crear políticas que logren una justicia social objetiva y sostenible.
Como en El Salvador, muchas de nuestras naciones, incluso países del primer mundo se encuentran sumergidos en vacíos sociales difíciles de resolver. Estos procesos requieren de un trabajo arduo y de fondo donde las instituciones, los gobiernos y las comunidades trabajen al unísono en busca de las soluciones que realmente traigan a los pueblos bienestar, paz y tranquilidad.
“Todo comienza en casa”, creo fielmente en esta frase, si en nuestros hogares hay amor, respeto e integridad, seguramente nuestras sociedades serán cónsonas con estos decretos. Definitivamente tenemos el poder de lograr todo aquello que nos proponemos, porque somos seres únicos y maravillosos, pero unidos y trabajando en grupo, podremos ser invencibles.
Rafael F. Carabano
MA Communication / Multimedia Journalism
Abril 28, 2023
Urbe de Papel
Miami - Florida - USA
MA Communication / Multimedia Journalism
Abril 28, 2023
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